La TC espiral ha sido posible gracias a la tecnología del “anillo
deslizante”, que son dispositivos
electromecánicos que conducen la electricidad y las señales eléctricas a través de anillos y escobillas situados
en una superficie que gira sobre un soporte fijo. Gracias al anillo deslizante en la
TC espiral la grúa gira de forma continua sin
interrupción, diferenciándose así de la TC convencional, en la cual la
grúa rota con pausas, durante las
cuales la camilla del paciente se desplaza a la nueva posición y la grúa recupera su posición inicial. Por
tanto, podemos decir que en la TC espiral el
sistema de grúa de anillo deslizante permite
que las señales eléctricas y la alimentación se realicen sin necesidad de
tener gran cantidad de cables eléctricos externos.
El tubo de RX también se diferencia del utilizado en la TC convencional
(éste recibe energía durante 1
segundo para una rotación, en intervalos de 6 a 10 segundos, con lo cual el tubo se enfría entre un
barrido y el siguiente), ya que el de la TC espiral recibe energía durante 30 segundos sin ninguna interrupción,
debiendo tener una gran capacidad térmica
y altas tasas de
enfriamiento. Por esta razón
son muy grandes.
Los detectores empleados
en la TC espiral son de estado sólido y están diseñado sobre una matriz que reduce la
dosis que recibe el paciente, permitiendo tiempos
de barrido más rápidos y mejoran la calidad de la imagen al aumentar la relación
señal/ruido.
El generador de alta tensión está diseñado
para que quepa en la grúa rotatoria
y debe tener una potencia
máxima de 50 Kw.
En la TC espiral el radiólogo y el técnico han de tomar más decisiones
e invertir más trabajo
que en la TC convencional. Su principal ventaja
es la obtención de imágenes de estructuras anatómicas
grandes sin que respire el paciente, pero los
parámetros de la exploración se deben fijar según la capacidad de
contención de la respiración que éste posea. La mayoría de los escáneres de TC espiral son capaces
de tomar imágenes durante 60 s sin interrupción. Casi todos los
pacientes pueden contener la
respiración durante 40 s. Por consiguiente, existe una diferencia marginal de 20 segundos.
Por ejemplo, si se requieren
45 s para obtener la imagen, será
preciso aplicar saltos
de barrido durante
15 s con intervalos de 10 segundos
entre cada barrido, para dejar respirar al paciente.
son:
Los parámetros de la exploración que deben fijar los radiólogos
y los técnicos
·
El tamaño del tejido que se examina.
·
El movimiento de la camilla
(mm/s que se desplaza, por ejemplo 8 mm/s).
·
El paso (movimiento de la camilla
por rotación de 360º/colimación)
·
Colimación.
Además, deben elegirse otros factores como el tiempo de rotación, el
algoritmo de reconstrucción y el intervalo
de barrido de salto.
Las imágenes de la TC espiral tienen
mejor resolución espacial
debido a que los
datos se toman continuamente y las imágenes pueden solaparse. Por ejemplo, en la TC convencional un nódulo pulmonar
calcificado puede no verse en las imágenes por
estar situado entre 2 cortes, pero si se solapa la reconstrucción de las
imágenes transversales, el nódulo
saldrá en el corte central. Además, la TC espiral destaca en la reforma multiplanar tridimensional (RMP),
apilando una imagen transversal sobre otra para
construir un conjunto de datos en 3D, que puede utilizarse para formar la
imagen de distintas maneras.
Estos aparatos tienen la capacidad de realizar cortes axiales
convencionales, además de poder realizar
exploraciones tridimensionales, es decir, con este sistema,
la captación de datos no es plano a plano, como en la TAC axial, sino
que el resultado final es la
adquisición de dicho volumen, por lo que al tener los datos de un volumen, podemos
reconstruir planos en los tres
ejes del espacio.
Las imágenes solapadas en este caso no son producto de mayor radiación
sobre la zona, sino que son
producto de un complejo
proceso matemático.
Las reconstrucciones planares
nos van a permitir la obtención de planos axiales,
coronales, sagitales y también planos inclinados y curvos. Todo ello con buena
calidad y en muy poco tiempo, lo cual va a ayudar mucho en la delimitación espacial
de la patología. Con la reconstrucción tridimensional podemos además manejar
el color que asignamos a un rango determinado de densidad, su transparencia e incluso su textura, por lo que asignando colores
diversos a los diferentes
rangos de densidad obtenemos unas imágenes espectaculares y de gran realismo.
Las reconstrucciones tridimensionales abren un nuevo campo en las posibilidades de diagnóstico por imagen.
Comentaris
Publica un comentari a l'entrada